Cuando te digo 'quiero hablar' con vos, no es para que te asustes.
Cuando te digo que necesito explicarte muchas cosas, no es para que hagas alardes de la manera en la que te miro.
Si te digo que quiero hablar, no tenés por qué pensar que te voy a dar un sermón. Si quiero hablar es porque necesito contarte lo que me pasa, y eso se puede reducir a 5 minuots, 2 horas o 10 días...
Necesito contarte a vos lo que me pasa...después, lo que vos hagas con lo que yo te digo, es tu problema; porque yo solamente me voy a hacer cargo de decirte lo que quiero y responsabilizarme por el precio que tenga que pagar por haberlo dicho, pero de ninguna de las maneras voy a tomar partido por lo que puedas pensar o sentir: ese, es tu problema.
Y si no tenés el valor de sentarte a escucharme, y si me vas a dar largas por temor, o vas a pasar de mí olimpicamente; creo que muchas cosas ya se me van a solucionar solas... que a veces, una actitud dice más que mil palabras.
Pero igual te confieso algo: nunca había tenido el coraje de hacer lo que hice, y por una vez que tomo el impulso, ¿la verdad?, me quedo con la espinita de saber que hubiera sido de nosotros.
Vos te la perdés.
...y tan amigos como siempre, eh?...
miércoles, 14 de enero de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)