Tiene los ojos diferentes, mira de otra manera. El derecho acusa un color almendra, el izquierdo es casi renegrido pero no pierde la serenidad del castaño.
Tiene un andar compadrito, y sus pasos marcan con seguridad cada recta que proyecta al caminar. Las manos en los bolsillos, y los hombros caídos como si nada le importara.
Sonríe y le destella un tinte socarrón que conquista sin intención.
Su voz profundiza cada sonido, cada letra; rompe los silencios con firmeza pero tiernamente. Sabe de su locuacidad y se aprovecha de ella. Tienta con cada frase, seduce ¿sin intención?....
Se cruzó delante de mí sin pensarlo, lo pusieron ahí. Si no hubiera sido así, quizá nunca hubiéramos cruzado palabra...pero es tarde, cruzamos caminos y ahora se me cruzaron los cables. Me llama poderosamente la atención, quiero evitarlo y no puedo. Se cruzó y no sé por qué perdí la calma. Lo busco, con frecuencia, por hablar con él, por echar unas risas... ¿sentir culpa?, no.
No sé que es, pero siento que por momentos se adueña de mis pensamientos.
No soy indiferente a mi dicotomía de sentimientos, no puedo controlarla, y no sé si quiero hacerlo.
¿Por qué lo encontré en el tiempo equivocado?.
martes, 10 de junio de 2008
Suscribirse a:
Entradas (Atom)